v Aumentar los tiempos de concentración.
Un alto porcentaje del rendimiento escolar o laboral
depende de la capacidad e atención y el tiempo de concentración.
La falta de estos, en los estudios o en el trabajo desemboca en un rendimiento
deficiente que puede corregirse con un aprendizaje adecuado, en el tiempo y
sitio adecuado, con las personas adecuadas
El
tiempo que un niño se demore en realizar la actividad ordenada, una tarea, un ejercicio, una lectura, un juego
etc. es el tiempo de concentración.
Para todo hay un tiempo; hay un tiempo para realizar una actividad, para aprender, o adquirir un
conocimiento, para comer, para jugar, para divertirse, para dormir, todo tiene
un tiempo y cuanto más tiempo se pueda tener a un niño concentrado mayor será
la capacidad para poder adquirir un
conocimiento.
La falta de
motivación, es otro factor que
influye negativamente a la hora de conseguir un grado de concentración
adecuado, y esto no es culpa del niño, sino de los adultos, quienes somos los
encargados de proporcionar o brindar esa motivación para que ocurra un efecto
en el aprendizaje del niño. Por tal razón debemos cuidarnos que no sea monótona y repetitiva porque el grado de
concentración será menor.
Si logramos esta disciplina a muy temprana edad, los resultados en la edad
adulta serán muy satisfactorios. Esto significa que la concentración puede
entrenarse y que, por lo tanto, se puede aprender a conseguirla en cualquier
circunstancia.
Una deficiente
historia de aprendizaje, en la que el niño no está acostumbrado a los procesos
de atención y concentración en la primera infancia hará imposible que lo logre
en la escuela secundaria o en la universidad.
Ésta es una
variable importantísima y fundamental,
si un niño pequeño no trabaja progresivamente estos procesos, difícilmente
conseguirá un alto grado de concentración en su vida adulta. Es trascendental
el entrenamiento previo.
Cada
niño es único, tiene sus propias huellas genéticas y por ende su propio ritmo,
esto será notorio a través de toda su vida, marcará una característica en su
personalidad, y se debe respetarla.
A
medida que trabajamos, en LA ACADEMIA, con los ejercicios especialmente
diseñados para cada edad, logramos que el tiempo de
concentración aumente diariamente, que “entrene” el aumento de los
tiempos y enseñe al niño la forma, mediante un ejercicio, de como el cerebro
puede estar más tiempo realizando una actividad, con el mismo grado de concentración.
La atención y la concentración no son unos procesos que
surgen solos, sino que se aprenden, por lo que es importante enseñar a los
niños las técnicas de atención y concentración. Si estos conocen la manera de
estar concentrados, porque ejercieron la función desde niños, cuando llegue el momento de leer lo harán sin
problema alguno, cuando los niños aprenden a concentrarse y dirigir los
pensamientos hacia la tarea que realizan, incrementan notablemente el
rendimiento.
Se considera que el trabajo de la mente es como el
entrenamiento de un músculo que se debe
trabajar para conseguir un buen
resultado que se ve reflejado en un correcto control mental.
Cuando trabajamos con niños en alto rendimiento, la mente
ocupa el 1er lugar en nuestro entrenamiento, debemos preparar una mente fuerte
para que los niños enfrenten una competencia dura, difícil y muy complicada,
luego entrenamos su cuerpo, sus habilidades y sus destrezas.
Nuestra
mente trabaja a muy altas velocidades y por ello se considera el líder de todos
los actos, así, nuestros actos son el resultado directo de nuestros
pensamientos. Si enseñamos un pensamiento positivo y un alto nivel de concentración,
en los actos de los niños, la vida será
igual y siempre tendrá ese pensamiento que hemos inculcado de niño, “tu puedes
lograrlo”.
Los
pensamientos son poderosos, si nuestras ideas han de afectar lo que llegaremos
a ser, entonces vale la pena convertir en prioridad personal una forma adecuada
de pensar.
Actualmente
se están realizando infinidad de estudios, que certifiquen que el ejercicio
tiene la propiedad de influenciar en los tiempos de concentración.
Un estudio realizado en Dinamarca, “Experimento Mass
2012″, por el Dr. Egelund, con 20.000 niños daneses de la Universidad de Aarhus,
descubrió que “los niños que van a la escuela en bicicleta, o caminando, en lugar de viajar en coche o en
transporte público, mejoran en tareas que exigen concentración, como resolver puzles,
los efectos duraron hasta cuatro horas después de la llegada a la escuela”.
Egelund piensa que: “hay
una conexión profunda entre la forma en que movemos nuestros cuerpos y la forma
en que nuestras mentes funcionan”.
Cada día, tenemos mejor información y estudios científicos,
que confirman que el trabajo que realizamos en LA ACADEMIA, está perfectamente
encaminado a lograr resultados muy elevados en el Desarrollo Integral de
nuestros niños
Gracias por la confianza y su compromiso
JULIO C. DONA
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